El caso de Carmen de Patagones por el que fui citado por el diario Clarin el 29-9-2004

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TRAGEDIA EN CARMEN DE PATAGONES: OPINION DE PSIQUIATRAS
«No puede hablarse de un hecho inesperado»Los especialistas creen que debieron haber indicios previos al ataque no detectados.
Iza la Bandera. Entra silencioso al aula. Y dispara. Entre las pertenencias aparecen, además de las municiones y un cuchillo, una frase garabateada en su pupitre: «Lo más sensato que podemos hacer los seres humanos es suicidarnos.» La pregunta que queda flotando en el aire es cómo un adolescente de quince años pega el salto sobre el enojo, las frases dramáticas y las peleas «normales» para tomar un arma y disparar.
Horas antes de que se le haga una pericia psiquiátrica para determinar qué llevó a Rafael a actuar así, distintos medios mencionaron, sin aclarar, la expresión «brote psicótico». «La psiquiatría tradicional describe los así llamados ‘brotes psicóticos’ como reacciones ‘inesperadas’ donde una persona —en vez de angustiarse, deprimirse o tomar otra de las conductas ‘comunes’ o ‘neuróticas’— realiza una actuación extrema sin pensar en lo que hace. No logra expresar lo que le pasa, decir ‘me muero de bronca’. Lo actúa directamente —explica la psiquiatra Liliana Herrendorf—. Sin embargo, no hay situaciones inesperadas. Más bien hubo indicios que el medio no fue capaz de advertir.»
El psiquiatra Enrique De Rosa, docente en la Facultad de Medicina de la UBA, coincide en que se trata de situaciones «donde alguien quiebra las barreras que separan la fantasía de la acción. Es la misma diferencia entre fantasear sexualmente con alguien y cometer una violación. Que se haya peleado el día anterior con un compañerito no es lo que explica este salto de la fantasía a la acción», advierte.
Sin embargo, De Rosa afirma que la tragedia de Carmen de Patagones no puede ser entendida únicamente como un caso individual. «La mayoría de los jóvenes hoy están sometidos a mensajes que banalizan las expresiones de violencia haciéndolas parecer ‘normales’. Y ejercen cotidianamente la violencia contra sí mismos cuando se drogan o con un índice creciente de suicidios. ¿Por qué, entonces, sólo nos parece noticia cuando esa violencia la ejercen hacia afuera? En vez de sorprendernos, tenemos que empezar a darles mensajes más claros contra el uso de armas y contra la violencia.»
Para Alejandro Kaufman, profesor en Ciencias Sociales y asesor del Centro de Pedagogías de Anticipación, «en vez de hablar sobre cómo proteger a sus hijos de un ataque, la tarea es evitar que el propio hijo se convierta en un agresor. Escuela y sociedad deben averiguar qué historia hubo detrás de todo esto, donde el chico es la última variable».

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